En 2023, México ascendió del noveno al séptimo lugar entre los principales exportadores de alimentos a nivel mundial, alcanzando un valor de exportaciones de 50,000 millones de dólares, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Este avance permitió a México superar a India y Argentina en la clasificación.

El país ha logrado consolidar su posición gracias a su capacidad para exportar una amplia variedad de productos alimenticios procesados, aprovechando sus acuerdos de libre comercio, su diversificada producción agrícola, la creciente demanda internacional y una mano de obra competitiva.

Entre los productos exportados, la cerveza ocupa el primer lugar, con 5,820 millones de dólares en exportaciones en 2023, seguida por el tequila, los licores y otras bebidas espirituosas, que alcanzaron 4,300 millones. Otros productos destacados incluyen los panificados (2,600 millones), aguas, refrescos y otras bebidas no alcohólicas (1,100 millones), así como frutas y nueces procesadas (820 millones), jugos de frutas (590 millones) y otras preparaciones alimenticias (540 millones).

A nivel global, la Unión Europea lidera la lista de exportadores con 741,000 millones de dólares, seguida por Estados Unidos (168,000 millones), Brasil (143,000 millones), China (83,000 millones) y Canadá (72,000 millones).

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé un crecimiento moderado de la población mundial, que podría alcanzar los 9,700 millones de personas para 2050. Este incremento demográfico requerirá un aumento significativo en la producción de alimentos, con una demanda global que se estima crecerá entre un 50 % y un 70 % para ese año en comparación con los niveles actuales.

En la lista de los mayores exportadores de alimentos, México comparte el séptimo lugar con Indonesia, ambos con 50,000 millones de dólares en exportaciones, seguidos por India (48,000 millones), Australia (43,000 millones) y Tailandia (42,000 millones).

A pesar de la estabilidad en la producción y comercio de alimentos, el reto de garantizar alimentos seguros y nutritivos para la población mundial persiste, especialmente en las regiones con déficit alimentario. El comercio internacional sigue siendo fundamental para asegurar que los alimentos lleguen de las áreas con excedentes a las que más lo necesitan, generando ingresos para los sectores agrícola y alimentario.

La lucha contra el hambre y el desperdicio de alimentos

Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es crucial para combatir la subalimentación mundial. La FAO estima que cerca de 600 millones de personas podrían enfrentar hambre en 2030. Implementar medidas efectivas en este ámbito podría aumentar la disponibilidad de alimentos, bajar los precios y mejorar el acceso a alimentos para las poblaciones de bajos ingresos.

El análisis de la FAO sugiere que reducir a la mitad la pérdida y el desperdicio de alimentos podría incrementar la ingesta alimentaria en países de ingresos bajos, medianos bajos y medianos altos, lo que resultaría en una reducción significativa del número de personas afectadas por el hambre para 2030. Esta tendencia seguiría la mejora observada entre 2004 y 2014, cuando la estabilidad política y las políticas de protección social en Asia y América Latina contribuyeron a una disminución del 30 % en la subalimentación global.

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