La Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación o LIGIE por sus siglas, es la pieza clave para poder llevar a cabo una correcta clasificación arancelaria, teniendo conocimiento de las políticas comerciales, cuanto debes declarar, el monto total de impuestos y, sobre todo, realizar todo este proceso sin contrate tiempos. 

El objetivo de la clasificación es conocer las principales características como la descripción, uso, naturaleza, estado, composición, química, entre otros aspectos de la mercancía, para así poder asignarle una fracción arancelaria (código numérico de 8 números) que funciona como una forma universal de identificación, misma que está formada por 6 a nivel internacional y los últimos 2 dígitos los establece el país importador.

Cuando la mercancía está clasificada, se puede conocer mucha información del producto, que va desde, si se paga o no el Impuesto General de Importación (IGI) hasta evitar caer en un Procedimiento Administrativo en Materia Aduanera (PAMA).

Una correcta clasificación arancelaria debe ser aquella en que la mercancía a importar o exportar, está plenamente identificada dentro de la codificación dispuesta por la LIGIE, sus Reglas Generales y Complementarias, mismas que acogen los principios de la OMA dentro del Sistema Armonizado.

Algunos de los beneficios de una correcta clasificación arancelaria son:

• Pago justo de los impuestos aduaneros.
• Correcta aplicación de tratados y acuerdos internacionales.
• Cumplimiento de las restricciones y regulaciones no arancelarias.
• Los requisitos administrativos en cuanto al trámite del despacho aduanero.
• Evitar sanciones y multas por pagos indebidos de impuestos aduaneros.
• Se ha convertido en un instrumento para planear su logística de comercialización.

 

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